Foto via Kireei |
Las mamás nos angustiamos cuando nuestros
hijos no comen, como si por perderse una comida o dar tres bocados fuera motivo
de desnutrición automática.
Es cierto que nacemos preparados solo
para el dulcecito de la leche materna y mientras se forma “el paladar” los niños pasan por muchas etapas que van
desde la total abstinencia, el rechazo total o la fijación con uno o pocos
alimentos.
Nuestro objetivo no debe ser que coman
todo lo que les ponemos sino precisamente que eduquen esa boca para que
aprendan a comer de todo, lo que no significa tampoco que todo les guste.
Por eso en mamientransicion estamos en
contra de “una comida solo para niños”, no debe existir tal cosa, no solo
porque no es práctico - y tiempo es lo que nos falta -sino también porque no tiene
sentido aislar las comidas infantiles.
Foto via Kireei |
Lo que se prepara es lo que todos comen
en la casa, que lo prueben, dicen que una decena de veces para saber si algo
gusta o no.
Si una vez lo rechazan no pasa nada, una
próxima vez lo intentamos de nuevo y así, hasta que ellos entiendan que eso que
tienen en el plato es lo que hay.
Confundir nuestra angustia porque coman,
aunque eso suponga más trabajo para nosotras, no solo no resuelve el problema
sino que lleva a que los niños reduzcan su dieta y se acostumbren a una comida
“confort”.
Sírveles la comida, no te angusties, si
comen bien, si no, ya lo harán cuando tengan hambre, pero eso sí, como muchas
cosas en la vida, lo que cuenta es la paciencia y la perseverancia.
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