La magia de Navidad

Mi nacimiento. Foto: Claudia Solis

Sin olvidar el sentido original de la Navidad, en mi casa convive el nacimiento, la espera del Niño Jesús y los reyes de Oriente con Santa y los Magic Elves, cosas del multiculturismo.

Mis hijas viven el mes de diciembre a la espera de que sus duendecillos hagan alguna travesura, creen de verdad que son los elves los que por las noches se pasean a sus anchas por la casa.

 

Los elves jugando con los cables. Foto: Claudia Solís

También creen, aunque sé que la mayor tiene sus dudas en las que prefiere no pensar mucho, que es Santa y no sus esforzados padres los que ponen los regalos debajo del árbol. 

Cada mañana se levantan ilusionadas para dar un vistazo por la casa y descubrir qué nueva trastada hicieron los duendecillos durante la noche. 
 

Los elves y su tobogán de papel higienico en el árbol. Foto: Claudia Solís

Así que ya me ven a mi cada noche de puntillas sacando a los elves  de la habitación e inventando que juegan cartas, ponen papel higiénico alrededor del árbol o se cuelgan bocabajo de un estante. 

Mi esposo alucina conmigo,  me pregunta por qué cada noche me presto para ese juego.

Pues lo hago porque el espiritu de Navidad tienen muchos aspectos, además del religioso, espiritual o familiar, uno de ellos es que en la infancia la Navidad está llena de magia. 

Así que por eso camino de puntillas en la noche, para que no muera la ilusión, porque solo a esta edad no se tiene conciencia de lo difícil y a veces amarga que es la vida y estos son de los pocos momentos en que la magia es capaz de iluminarla. Feliz Navidad!